¿El carnaval vuelve loca a la gente? Porque es un momento de diversión, cultura, tradición y sobre todo de libertad ¿podemos dejar amantes del carnaval, en este caso algunos “gwoup a Ti Mas” (grupos de Pequeñas Máscaras o Mas), poner en peligro la salud de los niños muy pequeños incluidos nenes?
El fenómeno de los “gwoup a Ti Mas” comenzó, hace unos veinte años. El más popular es sin duda el “Mas Moul Massif” natural del municipio de Le Moule. Desde entonces, se han creado varios grupos con la famosa máscara de gorila como principal disfraz y, aunque esto puede asustar a muchos niños, es un éxito. La música animada con este particular sonido metálico, la reunión de estos jóvenes, con un silbido en la boca, que se divierten y los temas de las noticias puestos en escena durante los desfiles para sensibilizar a los jóvenes y adultos sobre un problema hacen el éxito de estas bandas carnavalescas.
Los “Ti Mas” son, en cierto modo, los herederos de máscaras o “mas” jóvenes y adultos que se disfrazaron, hace más de cuarenta años, muchas veces con ropa vieja que se usaba para rellenar los colchones (lenj a kabann, en criollo) y que pasaban por los barrios de toda la isla tocando tambores y pedían una moneda después de bailar… ¡Un gran momento de pavor para los niños que generalmente se escondían debajo de su cama!
Preparar el relevo, pero ¿a qué precio?
Hoy en día, los “gwoup a Ti Mas” a menudo son supervisados por padres que, mientras están desfilando, siguen a sus hijos así como el buen desarrollo del evento. Aunque es divertido ver estos desfiles de jóvenes, sin embargo podemos hacer preguntas sobre su organización.
¿Es razonable organizar después de las 6:00 de la noche, estos desfiles de “Ti-Mas”, en los que participan niños muy pequeños, todos los domingos durante el período de carnaval, es decir, desde el primer domingo de enero hasta el Miércoles de Ceniza? ¿Es necesario reducir la duración de estos desfiles? Por supuesto, es necesario preparar el relevo en el carnaval y desarrollar el gusto por esta fiesta tradicional a los niños pequeños, lo que no es condenable. En algunas islas del Caribe, los niños también participan en el carnaval. Por ejemplo, durante el “Junkanoo” de fin de año que comienza por la noche para terminar por la mañana, pero este carnaval de las Bahamas no dura varias semanas seguidas…
¿Niños cansados?
¿Es razonable dejar a estos niños pequeños recorrer kilómetros a pie el domingo por la noche, sabiendo que tienen que levantarse al día siguiente para ir a la escuela? Por cierto el desfile tiene lugar por la noche, el sol ya se puso, pues la temperatura es agradable, todo esto se hace en música, canto y baile, por consiguiente no se mide la distancia recorrida aunque sea larga y no parece muy importante…pero las piernas están cansadas al día siguiente. Muchas veces, vemos niños pequeños caminando en estos desfiles (de Ti Mas u otros) la mirada extraviada, imaginamos que hubieran preferido estar en su cama, pero si los padres no encuentran a nadie que cuiden a ellos mientras desfilan, por las buenas o por las malas, participan también en la fiesta…
¿Es razonable permitir que las madres con niños pequeños en sus brazos y bebés en cochecitos participen en estos desfiles de “Ti Mas”, que tengan lugar por el día o por la noche? Cada vez más, estas mujeres jóvenes a menudo disfrazadas, a veces incluso llevan una camiseta “seguridad” (¿cómo pueden encargarse de la seguridad del grupo y de su bebé al mismo tiempo?), cantan, bailan y empujan cochecitos a la cola del desfile, es decir, justo detrás de los músicos que están tocando el bombo pues que están golpeando en los barriles más gordos de la banda.
¿Madres inconscientes o egoístas?
¿Son estas mujeres jóvenes egoístas, pues primero piensan en divertirse diciendo uno de nuestros lemas más de moda en este momento: “nou ké vwè ka sa ké bay” (veremos lo que eso dará)? ¿Son conscientes estas madres jóvenes de que están destruyendo lenta pero seguramente el oído de sus bebés?
En efecto, cuando un adulto se encuentra en un entorno sonoro demasiado alto (más de 85 decibelios) y durante mucho tiempo, esto puede causar un deterioro temporal o permanente del sistema auditivo. Para los bebés, se aconsejan a los padres que no superen los 60 decibelios, lo que corresponde a una voz de conversación normal. Más allá de los 80 decibelios, las consecuencias sobre la audición del niño son irreversibles, su oído interno se forma completamente hacia los años. Pasear a un bebé durante dos, tres horas o más en un desfile de carnaval donde está expuesto a un número de decibelios que es semejante al de una discoteca (105 decibelios), deja imaginar fácilmente el riesgo de sordera…
Además, el año pasado, durante el carnaval, músicos de un grupo de “Ti Mas” hasta vinieron a tocar en una guardería infantil en Pointe-à-Pitre…