Durante años, utilizábamos la concha para decorar las tumbas de nuestros difuntos, entre otras cosas. Olvidada durante mucho tiempo, está de vuelta en particular gracias al carnaval. En Guadalupe, durante este período, la concha se convierte en un instrumento musical importante. Tocada antes por los hombres, la concha ahora es muy popular entre las mujeres.
Darius Xavier es testigo de esta evolución. Nativo de la isla de Dominica, hace diez años, decidió hacer conchas para ganarse la vida. Hoy, no lamenta esta elección. Turistas y lugareños componen su clientela.
¿Quién no conoce a Darius Xavier en Pointe-à-Pitre? Probablemente sean pocos los que no le hayan visto detrás de su stand en La Darse o no hayan oído a lo lejos el sonido de sus conchas. Darius tiene una profesión artesanal bastante original: es un fabricante de conchas musicales. Todas las mañanas, de lunes a sábado, sale de su casa en Sainte-Anne para instalarse en el mercado de pescado junto a los pescadores para ganarse la vida. “Empecé este trabajo realmente por obligación; de hecho, fue un agente de policía que pasaba por aquí en La Darse que me pidió, un día, que hiciera una concha para su hijo. Éste había visto desfiles de carnaval y quería absolutamente tocar este instrumento. Hice dos, una para su hijo y la otra para mí. Otra persona quiso también una concha entonces yo hice una tercera luego el número aumentó… Pero cuando le dije a mi novia que iba a hacer esta actividad para vivir, ella dijo que yo iba a avergonzarla y que era un trabajo para un vagabundo”, cuenta Darius en un francés perfecto con un ligero acento inglés. Sin escuchar los comentarios negativos, el joven que es oriundo del pueblo llamada Citronnier al sur de Roseau en Dominica y que vive en Guadalupe desde hace 14 años, perseveró. Pasaron diez largos años desde la famosa decisión sobre su futuro profesional, pero no fue fácil al principio.
En Guadalupe, se reserva la pesca de concha sólo a los pescadores profesionales entre el 1 de octubre y el 31 de enero, comenzó a almacenar conchas para tener materia prima durante todo el año.
Una fabricación en varias etapas
Además, fue necesario un largo proceso de ensayo y error antes de encontrar las herramientas adecuadas para trabajar. “Cuando comencé, no sabía cómo cortar perfectamente el extremo puntiagudo de la concha entonces le pedí a un tipo que lo hiciera por mí. Tenía que pagarle 10,00 euros para cortar 3 conchas, pero siempre sólo me daba dos porque guardaba una para él. Fue una historia negativa para mí, entonces decidí hacerlo yo mismo: traté con sierras para metales pero a menudo se rompían, gasté mucho dinero. Finalmente, compré una amoladora 200,00 euros”, recuerda Darius. Un cuchillo afilado, un cepillo de hierro y un destornillador son las otras herramientas que más utiliza. Luego, tuvo que encontrar el material adecuado para hacer la boquilla, esta parte esencial, porque aquí es donde el músico pone sus labios para hacer sonar la concha. “Primero, probé la masilla y luego la resina para barco, y alguien recomendó la resina alimentaria”, dice. Darius no escatima explicaciones, muestra las diferentes etapas de la fabricación de una concha musical, desde el decapado hasta la instalación de la boquilla. “Después de poner un producto para decapar la concha, elimino la piel, luego con mi cepillo de hierro, la froto para que brille (…) Es necesario que la boquilla esté perfectamente fijada, debe adherirse bien a la concha; hay que eliminar el residuo de resina porque nada debe impedir que el aire entre en la concha. También hay que tener cuidado con la espiral dentro de la concha”, explica. Hoy, puede hacer una concha en una hora.
Darius es visitado por muchos turistas que ya conocen la concha o quieren descubrirla. “Los turistas compran conchas, pero mi clientela se compone mayoritariamente de guadalupeños. Compran porque les gusta la artesanía local, porque tocan conchas o porque quieren aprender a tocar”, dice.
La concha, un verdadero instrumento musical
Durante este período de carnaval, los clientes locales no faltan porque la concha se convirtió en un instrumento esencial para los grupos, en particular los “grupos con piel”. En los últimos años, Darius que también es un tocador de concha vio la evolución de este instrumento musical que antes los hombres sobre todo tocaban. “Era un miembro del grupo “Mas a Wobè”. Desde hace cuatro años, estoy en el grupo “Mas Ka Klé”. Somos 22 en la sección de conchas : 6 hombres y 16 mujeres. Muchas mujeres ahora tocan la concha”, dice. Sin embargo, Darius Xavier que tiene el oído musical lamenta que todos los sonidos de la concha siempre no se toquen. “Me gusta la música, me gusta escuchar música, le digo a mi hijo que escuche música. Hay que considerar la concha como un verdadero instrumento musical. Se puede hacer con ella todas las notas, el “do” me parece más difícil de hacer (…) La concha en un grupo de carnaval trae color y calor. Cuando los miembros del grupo están cansados, el sonido de la concha les pone en forma”, dice. Además, hay una manera de sostener la concha para que el sonido que produce se propague muy lejos: “Cuando se sostiene la concha, es necesario que la “vela” se dirija hacia el cielo para que el sonido se vaya muy lejos. Una buena concha es una concha con un sonido poderoso. Para hacer una concha, primero hay que escogerla con cuidado porque hay conchas “enfermas” que tienen agujeros. El profesional debe saber cómo identificar estos defectos. La persona que no sabe nada sobre la concha encontrará el sonido correcto, pero voy a ver de inmediato que hay un problema (…) Me gusta mi trabajo y nunca vendo a los músicos conchas que tienen problemas”, explica Darius.
A lo largo de los años, Darius Xavier adquirió una buena reputación, poseer una concha hecha por él es una garantía de calidad. Una concha musical cuesta 30,00 euros. Habría podido instalarse en otra parte, por ejemplo en una tienda, pero prefiere este lugar en La Darse con el Memorial ACTe en el fondo, donde todo comenzó.