“Lizin-la” (La Fábrica) es el nombre de un CD que sacó el escritor y comediante guadalupeño, Érick Marset. Cuenta sus recuerdos y sus impresiones de la antigua fábrica de azúcar Darboussier.
Para hablarnos sobre su obra, el mejor lugar fue dar cita a Érick Marset en el sitio de esta antigua fábrica de Darboussier ubicada en la entrada de la rada de Pointe-à-Pitre. Hace algunos años, esta construcción fue arrasada para construir nuevas viviendas sociales en su lugar, además, algunas personas ya habían tenido la oportunidad de decirnos que, por la noche, a veces oían el ruido de la fábrica que está funcionando así como voces…
En este lugar se estableció también el Memorial ACTe (Centro de Expresiones y de Memoria de la Trata de Negros transatlántica y de la Esclavitud) que se abrió al público en 2015. Sólo permaneció el edificio administrativo de la fábrica que pronto será transformado en un Centro de Arte Contemporáneo por el Consejo Regional de Guadalupe con el apoyo financiero del Gobierno francés.
“No viví en este barrio, mis padres no trabajaron aquí como muchos guadalupeños en aquel momento, pero recuerdo a un tío y un primo que trabajaban allí y cuando venían a casa, contaban la vida de la fábrica. Había muchos oficios aquí: químicos, herreros, carpinteros, soldadores, etc. Sin embargo, estuve inmerso en la industria azucarera porque cuando era niño, la locomotora pasaba por Vieux-Bourg en Les Abymes donde vivía, algunos subían a los vagones y a veces se caían… Cuando iba a la Escuela Primaria Léon Fleix, que era de madera en aquel momento en L’Assainissement en Pointe-à-Pitre, camiones llenos de cañas de azúcar pasaban por la calle Hincelin, algunos alumnos se precipitaban para recoger las cañas que caían, nunca lo hice por temor de que alguien me viera y hablara con mis padres que eran bastante estrictos. Durante mi infancia, no tuve la oportunidad de entrar en este gran fábrica, pasé por ahí en autobús porque, como ahora, el transporte público circula por la calle Raspail”, contó.
Cuando la fábrica de azúcar Darboussier dejó de funcionar a principios de la década de 1990, Érick Marset fue al sitio y, hoy, con ojos brillantes, todavía recuerda esta fábrica abandonada con todo detalle.
Un regreso a casa en texto, música y efectos sonoros
De 2010 a 2011, reunió muchos testimonios de personas que trabajaron en el sitio o que vivieron la evolución de la industria azucarera en Guadalupe. En 2015, tuvo la idea de dar otra faceta a su trabajo y, en 2016, comenzó a escribir un texto en criollo a partir de sus investigaciones y sus recuerdos que se refieren a la fábrica de azúcar de Darboussier.
Hoy, el CD “Lizin-la” está disponible, se trata de un texto de 11 minutos y 20 segundos de duración, escrito en una forma poética con efectos sonoros y música y leído por el actor.
“Me tomó casi cuatro años para realizar este proyecto. La redacción del texto tomó mucho tiempo, yo no conseguía encontrar la manera de decir las cosas, tenía que ser eficaz, poner muchas imágenes y traducir el buen sentido en criollo, sólo una frase está en francés”, dijo el escritor.
Los efectos sonoros son muy importantes porque permiten entender lo que está sucediendo. Entonces, al principio oímos animales y entendemos que la acción tiene lugar en África, luego adivinamos una agresión, hay disparos y gritos, después imaginamos el mar y una travesía, finalmente imaginamos tierra firme y oímos los látigos… Tras este viaje, el oyente llega al mundo de la caña de azúcar. Según Érick Marset, el músico Frédéric Caracas y el ingeniero de sonido Daniel Trépy se sintieron “muy interesados” en su proyecto y, gracias a su profesionalismo y generosidad, pudieron producir exactamente el obra que quería presentar al público.
Para ilustrar la portada del CD, el artista elegió el símbolo del “Sanfoka”, que significa “Regreso a las fuentes” en el idioma akan de Ghana (África) y representado por un ave mítica que avanza su cabeza vuelta hacia atrás con un huevo en su pico; por lo tanto, es una invitación a conocer nuestro pasado para avanzar, el futuro está simbolizado por el huevo.
A través de este CD titulado “Lizin-la”, el escritor quiere decir a los guadalupeños “no deben avergonzarse de su pasado, sino que deben conocerlo bien, tragarlo para tener la fuerza de precipitarse hacia el futuro”.
Pronto, Érick Marset quizás nos proponga una nueva obra a partir de otro vestigio de Guadalupe. “Me siento muy atraído por estos edificios antiguos, en particular los molinos, es como si me hablaran”, dijo.