Publicada en una versión digital por ÉpopArt-Créations en febrero de 2017, “Inje, l’Intrépide”, la segunda novela de Érick Marset, se publicará pronto en papel. El escritor guadalupeño está escribiendo actualmente la segunda parte de las aventuras del joven Pierre Inje que tiene lugar en la isla en la década de 1980. Érick Marset también es un actor y el actual presidente de “La Compagnie des Mornes Bleus”.
Iniciada en 1984, “Inje, L’Intrépide” se publicó en febrero de 2017 en versión digital por la plataforma ÉpopArt-Créations, con sede en Francia. Es la segunda novela del escritor guadalupeño, Érick Marset y es bastante agradable de leer. La acción tiene lugar en 1982 en varios municipios de Guadalupe, como Sainte-Anne, Trois-Rivières, Goyave, Pointe-à-Pitre, Les Saintes. El personaje principal, Pierre Inje, es un joven normal que vive con sus padres, también es un amante de las artes marciales (un “artista marcial”, como lo escribió el autor) y se encontró en un asunto fantástico y peligroso donde se mezclan, entre otras cosas, el tráfico de drogas, el desempleo, el dinero, la política y la juventud.
“Es una novela anclada en Guadalupe, pero cualquiera puede reconocerse porque estos temas están en todas partes del mundo. En la década de 1980, Boissard en la ciudad de Les Abymes era un barrio reputado por la delincuencia. Situé la guarida del jefe en los Grands-Fonds que es un lugar pintoresco, ubicado en varias comunas de Grande-Terre con su red de pequeños caminos para mezclar la falta de visibilidad y la falta de honestidad. Me gustan mucho las artes marciales y cuando era más joven, leía revistas, iba al cine para ver películas y asistía a competiciones dedicadas a este deporte. Acumulamos recuerdos sin saberlo nosotros y, cuando escribimos, ponemos una parte de nosotros mismos en la historia”, explicó Érick Marset.
Digital, otra forma de comunicar
Otro personaje llama la atención al lector, es el señor Anselme. Es un septuagenario que vive en perfecta comunión con la naturaleza algún lugar en Trois-Rivières y que es una especie de “gadéd zafè” en criollo (vidente). “Es una novela moderna pero la tradición antillana influye. Este hombre es un sabio, un místico que, como decimos aquí, “da algo más” a Inje para protegerle, es lo que se llama un “montage” en Guadalupe”, añadió el escritor.
La plataforma digital ÉpopArt-Créations, fundada por un colectivo de autores, creadores y artistas, entre ellos el comediante guadalupeño Patrick Cheval, publicó el primer tomo de las aventuras del joven Pierre Inje, Érick Marset ya está trabajando en el 2º tomo. “Patrick Cheval es un amigo muy cercano, es una persona de confianza y tuvo la oportunidad de leer algunas de mis novelas cortas. Le envié algunos episodios (no capítulos) de “Inje, l’Intrépide”, hay que saber que cambié varias veces el título de la novela (…) Un mes más tarde, a fines de 2016, me habló del proyecto ÉpopArt-Créations y me dijo que la plataforma quería publicarme, yo respondí: “¡De acuerdo!” porque la digitalización es una oportunidad”, dijo el autor. Sin embargo, Érick Marset no quiere abandonar el papel porque muy pronto una editorial publicará la novela “Inje, l’Intrépide”…
Un escritor artista
El autor recordó las respuestas negativas que algunos editores le enviaron y que él conservó; recordó, en particular, la carta de una editorial en Guayana: “Era un correo muy seco donde me hizo entender que tenía que aprender a escribir. Se puede no apreciar el manuscrito de un autor, pero hay una manera de decir las cosas”, dijo. “A menudo, se no consideran a los escritores como artistas, yo me considero un artista, un creador. ¿Por qué cortar a todos por el mismo patrón? Cuando escribo, es un acto voluntario, hay un camino, una estrategia. Me dicen que tengo un estilo. Yo no me considero un gran escritor, quizás los mejores escritores todavía no hayan sido publicados, que sean desconocidos”, añadió.
Hay que decir que Érick Marset no es el primero que llega en literatura y en el campo artístico en general. Tuve pasión por la escritura muy temprano. Durante su infancia, la televisión estaba ausente en muchas casas de la isla, después de la cena, su padre contaba cuentos guadalupeños como “Konpè Lapen é Konpè Zanba”, “Ti Sapoti” y otras historias sobrenaturales de “Soukounian”, “Ladyablès” etc. “A mi papá también le gustaba leer revistas y historietas. Todo este mundo alimentó mi imaginación, me llamó la atención. Más tarde, también yo inventaba historias a menudo con animales que contaba a mis primos pequeños que estaban sentados en círculo alrededor de mí“, dijo el escritor.
Un escritor en cierne
Sin embargo, durante su adolescencia, Érick Marset no fue un alumno brillante: “hasta la clase de cuarto, tenía muy malas notas en ensayo, es decir, entre 3 y 5. Mis padres y un primo que tenía estudios superiores me pedían que leyera. Yo leía historietas, libros de ciencia e incluso la Biblia, en realidad no entendía la introducción, el desarrollo y la conclusión de la composición. En inglés, ciencias naturales, historia y geografía, mis calificaciones fueron un poco correctas (…)”, dijo.
En 1978, después de la clase de cuarto en el Colegio Carnot en Pointe-à-Pitre, fue dirigido al Liceo de enseñanza profesional en Le Moule para aprender la mecánica de automóviles. Aquí es donde ocurrirá la revelación: “La profesora de francés nos dio como primer ejercicio una redacción; sin embargo, yo pensaba que yo no haría este tipo de ejercicio en este liceo. Había leído un libro escolar “De Ciel et d’Azur” que constaba de textos de escritores locales como Aimé Césaire y Florette Morand, entonces hice una “mezcla” con lo que había aprendido de este libro y otras cosas más personales. Quince días más tarde, la profesora dio las hojas y ella comentaba las notas de mis compañeros de clase; todos tenían su hoja excepto yo. Entonces, pensé que mi nota era tan mala que ella la había dejado para el final. No podía dar crédito a mis oídos cuando ella dijo: “Leí esta composición que tenía muchas cosas positivas y no vacilé en poner la nota de 17 sobre 20“. Luego, ella me alentó a escribir”, contó Érick Marset.
1er premio de prosa francesa
En 1985, el joven de 23 años tuvo un período de prácticas en mecánica de seis meses en Grand-Camp, Les Abymes; estudió asignaturas como matemáticas y francés, pero estaban adaptadas a su formación profesional. Decidió escribir una historia sobre una página y mostrarla a la formadora encargada de las lecciones de francés. “Quería conocer su opinión, era la historia de un hombre que era perseguido por otro y se encontraba en un callejón sin salida… Varios días después me dio mi hoja y me alentó a escribir una novela”, continuó el escritor. Sin embargo, el joven aprendiz se abstuvo de decirle que ya comenzó a escribir su primera novela, la historia de Pierre Inje que decidirá publicar en febrero de 2017…
En 1988, participó en un concurso de novelas organizado por el Consejo General de Guayana y ganó un libro de la novelista egipcia de origen libanés, Andrée Chédid, titulado “Mondes, Miroirs, Magies“. Luego, ofreció sus novelas cortas a “France Antilles” que no las publicó pero recibió una carta de aliento de la dirección del diario local. En 1992, ganó el primer premio de la prosa francesa en los Juegos Florales de Guadalupe. “El locutor de radio Robert Dieupart y el poeta Serge de Vipart me incitaron a participar en este concurso literario”, dijo.
Ese mismo año, la revista “Ozone” de la Misión de Asuntos Culturales del Consejo General de Guadalupe aceptó publicar su novela corta “La Vieille Usine”. “En esta historia, yo describía cómo me sentaba cuando visitaba la antigua fábrica de azucar de Darboussier, donde el Memorial ACTe ahora se encuentra en Pointe-à-Pitre”, dijo.
Una primera novela, “Un autre Regard”
Hasta 1993, “Ozone” publicará tres más de sus novelas cortas: “Le Oui pour la Vie”, “Cauchemar” y “Survivance”. De 1996 a 1997, la revista “Télénight” también publicó sus novelas cortas por episodios. “Me gusta el formato de la novela corta. Es un momento corto, un segmento de la vida con una intensidad fuerte”, dijo el escritor.
En 2004, Érick Marset publicó su primer libro titulado “Existence” por Éditions La Société des Écrivains. Es una colección donde encontramos la novela corta “La Vieille Usine” y otras novelas sobre Guadalupe en la época del Gobernador Sorin durante la Segunda Guerra Mundial, sobre la posesión de un ser humano por un demonio, sobre dos prisioneros en una celda, etc. “Robert Dieupart me había dicho que era la primera vez que un escritor de aquí había puesto en escena a dos prisioneros”, recordó. En 2005, se seleccionó “Existence” para el “Premio Literario FètKann” del CIFORDOM en la región de París.
En 2012, Érick Marset publicó su segundo libro y su primera novela titulada “Un autre Regard” en Éditions Nestor. El prefacio es de Jean Juraver. El autor contó la historia de un niño llamado Bernard que vivía en los años 1950-1960 en el momento en que se transportaba la caña de azúcar por locomotoras, la buena vecindad era sagrada, tenía curiosidad por su entorno y tenía experiencias con espíritus especialmente con su difunta abuela…
Érick Marset, el comediante
Érick Marset también es un actor. En efecto, actuó en varias obras: Adèlbè, le séancier” (1986) con Patrick Cheval, Patrick Michineau; “La tortue qui chante” (1988) con, entre otros, Philippe Calodat, Patricia Kancel y Patrick Michineau con una puesta en escena de Patrick Cheval; “La mort de Ti-Fabrice” (1988) con Patrick d’Alexis, Eddy Arnell…; “An tan Révolisyon” (1989) de Maryse Condé con José Jernidier en particular; “Révolte dans la Mangrove” (1992) de Alberto Rollan y Patricia Kancel que también se presentará en el Festival de Théâtre d’Enfants (Festival de Teatro para Niños) de Tolosa (Francia)…
Además, interpretó diferentes papeles en telenovelas y películas como “Panique aux Caraïbes” (1989) de Jean-Claude Charnay et Serge Korber con Greg Germain, “Le Bonheur d’Elsa” (2011) de Mariette Monpierre, “Tèt Grenné” (2002) de Christian Grandman y “Le Goût des Jeunes Filles” (2004) de John L’Écuyer, basada en la novela de Dany Laferrière. También aparecerá en anuncios publicitarios.
Érick Marset también tuvo la oportunidad de descubrir la radio cuando, en 1991, se convirtió en un locutor en Horizon FM. También trabajará en el mundo de la animación para los niños en centros recreativos y centros extraescolares. Actualmente, Érick Marset es el presidente de la asociación cultural “La Compagnie des Mornes Bleus”.