Atras quedaron los días en que, para exponer en el Centro Cultural Rémy Nainsouta de Pointe-à-Pitre – en particular en las salas Édouard Chartol y Louis Beauperthuy – los artistas podían ofrecer una obra al ayuntamiento. A partir de ahora, tendrán que pagar 1.000 euros al mes – o 250 euros a la semana – si quieren exponer sus obras en el antiguo hospital Saint-Jules, convertido en una meca cultural. Muy concurrido, sobre todo por su ubicación y su superficie, el centro permaneció cerrado durante mucho tiempo debido a la pandemia de Covid-19.
El nuevo municipio, que afirma haber heredado un déficit colosal (80 millones de euros), pretende llenar las arcas de la ciudad. Recordamos que, el año pasado, el alcalde dijo que no podía permitirse comprar papel higiénico… Aunque esta decisión es comprensible, no es unánime entre los artistas, ya que muchos de ellos no pudieron comercializar su obra en los últimos dos años debido a la situación sanitaria del archipiélago y se encuentran en una situación precaria. Sólo pocos de ellos fueron capaz tomar el giro digital abriendo una tienda en línea.
Entonces, ¿es el momento adecuado para exigir tal cantidad a los artistas? Mal que pese a algunos elegidos que han construido edificios culturales en el territorio de su municipio (¡qué bien!), Pointe-à-Pitre, a pesar de todas sus dificultades, (déficit, delincuencia, insalubridad, cierres de negocios, despoblación, pauperización…), ha seguido siendo una ciudad cultural : antes de la pandemia de Covid-19, casi cada semana, el público podía visitar una exposición en una de las salas públicas. Se quiere “romper” este dinamismo cultural?
Además, es necesario realizar algunas reparaciones o acondicionamientos en el Centro Rémy Nainsouta para poder mostrar mejor el trabajo de los expositores. En efecto, la iluminación de la pared (cuando hay bombillas) es muy inadecuada para una exposición de pintura ; no hay sistema de videovigilancia, las obras de los artistas pueden ser dañadas o robadas en la gran sala Édouard Chartol situada en la planta superior ; no hay equipo de sonido… Aunque el edificio fue completamente restaurado tras el huracán Hugo en 1989, hoy serían necesarios unos trabajos.
El Centro Rémy Nainsouta no es el único recinto cultural que se convierte en un lugar de pago para los artistas que exponen, se solicita la misma tarifa de alquiler para el Pavillon de la Ville (antigua casa parroquial) situado en la Place de la Victoire.
Pero se plantea otra cuestión : si durante años la condición para exponer en una de las salas de la ciudad (sin olvidar el famoso Centre des Arts et de la Culture) era ofrecer una obra de arte, cabe imaginar que Pointe-à-Pitre, “Ciudad de Arte e Historia”, cuenta ahora con una gran colección de obras de arte de la mayoría de nuestros pintores, artistas plásticos, escultores, fotógrafos etc.
¿Qué pasó con la colección de arte? Parece que no existe. Aunque algunos cuadros se exponen en ciertos lugares públicos (ayuntamiento, mediateca, etc.), decenas de obras habrían sido abandonadas, asoladas por la humedad, el polvo, etc. Por nuestra parte, durante una entrevista en la oficina de la sala Édouard Chartol del Centro Rémy Nainsouta, habíamos visto en el suelo una obra cubierta de polvo de un conocido escultor guadalupeño.
También podría ser que todas las obras recogidas todavía existen y que decoren las paredes de los salones de algunas personas…
Lo cierto es que en los próximos días, visitar una exposición de arte en una sala pública en Pointe-à-Pitre se convertirá en un lujo.