Del 5 al 15 de diciembre de 2019, La Habana fue la casa del séptimo arte continental con la exhibición de 300 filmes de 37 países, encabezados por Argentina y Brasil y con audiovisuales de otras partes del mundo, como España, Francia, Alemania y Gran Bretaña. Se anunció la creación de un fondo para la producción fílmica independiente en Cuba durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Una historia sobre una mujer madura y su hija sonámbula de 14 años, en el seno de una familia ritualista, matriarcal y endogámica se alzó con el premio Coral a la mejor obra de ficción en el 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
“Los sonámbulos”, coproducción argentino-uruguaya, de Paula Hernández, mereció el lauro más importante de la cita cinematográfica de La Habana, que cada año reúne en la capital cubana lo más sobresaliente del cine latinoamericano y caribeño.
Junto a “Los sonámbulos”, también fueron reconocidas la película chilena “Algunas bestias”, de Jorge Riquelme Serrano; la coprodución franco-guatemalteca “La Llorona”, de Jayro Bustamante; y el filme cubano “Agosto”, de Armando Capo, entre otros apartados y géneros de la industria.
Durante 10 días, del 5 al 15 de diciembre, La Habana fue la casa del séptimo arte continental con la exhibición de 300 filmes de 37 países, encabezados por Argentina y Brasil y con audiovisuales de otras partes del mundo, como España, Francia, Alemania y Gran Bretaña.
Mientras, en competencia por el Premio Coral se presentaron 21 largometrajes de ficción, 18 óperas primas, 21 documentales (largometrajes), 10 cortos y mediometrajes, 23 animados, 25 guiones inéditos y 30 carteles.
Los jurados a los premios estuvieron integrados por 23 cineastas, críticos, escritores y productores de siete países latinoamericanos y España para seleccionar los mejores filmes, guiones inéditos, documentales, cortos animados y carteles en concurso.
40 años de realidad latinoamericana y caribeña
El festival descorrió sus cortinas por cuadragésimo primera vez bajo los mismos preceptos fundadores de seguir presentando los grandes temas de la realidad de América Latina, según declaraciones de Iván Giroud, presidente del evento.
De hecho, la mayoría de las realizaciones abordaron la realidad latinoamericana actual con temas como la diversidad sexual, los pueblos originarios, la situación actual en naciones como Bolivia, y el esparcimiento en la región y creciente influencia de religiones fundamentalistas.
La edición se dedicó a celebrar el centenario del nacimiento de una de las figuras sobresalientes del cine latinoamericano, el documentalista cubano Santiago Álvarez, a quien se le rindió homenaje con un coloquio y una gran exposición.
Álvarez (1919-1998), nombrado padre de la documentalística cubana, tiene en su producción la creación del Noticiero Icaic Latinoamericano, con cerca de 600 ediciones, y alrededor de 120 documentales en 35 milímetros y 12 videos en soporte betacam.
Igualmente, el evento festejó el 60 aniversario de la fundación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) y entregó sus Corales de Honor al reconocido director cubano Manuel Pérez, fundador del Icaic, y a la productora Lita Stantic (1942), ícono del nuevo cine argentino de la década de 1990.
Stantic es una de las más renombradas productoras argentinas, cuyo trabajo ha dejado huellas memorables en cintas como “Camila” (1984) y “Yo, la peor de todas” (1990), ambas de María Luisa Bemberg; “Un oso rojo”, de Israel Adrián Caetano (2002); y “Cordero de Dios” (2008), de Lucía Cedrón, por solo citar una muestra de entre un inventario ya bastante extenso.
Mientras, el apartado de Galas ofreció obras de gran popularidad y algunas ya premiadas en eventos internacionales como los largometrajes “Parásitos”, de Bong Joon-Ho (Corea del Sur, nominada a los premios Oscar); “Ema”, de Pablo Larraín (Chile); “Chicuarotes”, de Gael García Bernal (México); y “La Red avispa”, del realizador francés Olivier Assayas.
El festival más popular del planeta
El primer día, con la tradicional gala de inauguración en el Teatro Karl Marx, se reservó para el estreno en Cuba de “La odisea de los giles”, cinta argentina, que estuvo presentada por dos de sus protagonistas: Ricardo y Chino Darín.
Padre e hijo se encuentran entre los actores más reconocidos del continente. Ricardo conquistó un Premio Goya en 2015, se convirtió en el primer latinoamericano en recibir el Premio Donostia por su trayectoria en el Festival de San Sebastián, España, y ha protagonizado tres filmes nominados al Oscar.
En declaraciones a la prensa, Darín padre aseguró que el de La Habana es el festival más popular del planeta. “Vivo diciendo desde hace muchos años que este es el festival más popular del planeta; la avidez que tiene el pueblo cubano por ver cine es algo que no tienen en ningún lado”, aseguró el protagonista de filmes como “El secreto de sus ojos” (2009), “Un cuento chino” (2011), y “Relatos salvajes” (2014), entre muchos otros.
“Hay algo que me gusta mucho del cine latinoamericano en general, la valentía de contar las historias más simples, que no necesariamente se nutren de espectacularidades. Destacan en el mundo entero, de ahí que muchas de las producciones latinoamericanas llaman la atención de productoras gigantes, es algo de lo debemos estar orgullosos y defender para no dejar intoxicar esa, nuestra materia prima”, concluyó Darín.
Un nuevo fondo para la producción fílmica independiente en Cuba
Por su parte, Chino sentenció que el cine es una construcción colectiva que requiere energía, ganas y enfrentamiento entre varios puntos de vista. Hablando de cine, también Stantic ofreció sus puntos de vistas en el Hotel Nacional de Cuba, sede del festival. “El cine debe contar cosas importantes y necesarias, hablar sobre lo que nos está pasando y de alguna manera sirva para reflexionar”, aseguró la productora amante del cine cubano desde que vio cintas “Lucía”, “Memorias del subdesarrollo”, “79 primaveras”, películas que – declara – fueron fundamentales para ella.
Entre proyecciones, conferencias, encuentros y premios, del festival igualmente trascendió la creación de un nuevo fondo para la producción fílmica independiente en Cuba.
La iniciativa – un deseo largamente añorado por los realizadores cubanos – concretará el conjunto de normas jurídicas para establecer la creación del Registro del creador cinematográfico independiente, la Oficina de Atención a la producción y el Fondo de fomento del cine cubano.
El Fondo contará con el aporte del presupuesto estatal y, además, permitirá la contribución de personas jurídicas y entidades nacionales o extranjeras; en tanto considerará las coproducciones minoritarias que prioricen el uso de los recursos monetarios en el territorio nacional.
La iniciativa admitirá cinco modalidades de creación audiovisual como la producción, desarrollo de proyectos, óperas primas, postproducción o apoyo a la distribución; y se comisionarán las propuestas sin distinción de metraje.
El Fondo apoyará hasta el 60 por ciento del financiamiento y, en el caso de las óperas primas, podrá sustentar el 100 por ciento del monto solicitado para la concepción del material audiovisual. Con estas buenas noticias se despidió la cita cinematográfica, que colmó de espectadores los cines del Vedado capitalino y que se despidió hasta diciembre de 2020, donde la realidad contada a través de la pantalla volverá a convocar los sueños y la unidad de todo un continente.