Escrito por Éric Amiens (periodista)
Con “Batouala”, una verdadera “novela negra”, el guyanés René Maran ganó el prestigioso premio Goncourt en 1921. El hombre considerado como uno de los precursores de la negritud y que inspiró a autores como Léon Gontran Damas, Aimé Césaire y Léopold Sedar Senghor, murió en París el 9 de mayo de 1960.
Estudiante brillante, después de estudiar derecho y una formación en la Escuela Colonial, René Maran fue nombrado en 1912 administrador de las colonias de Oubangui-Chari, la actual República Centroafricana. En tierras africanas, el joven guyanés descubrió las difíciles condiciones de vida de los colonizados. Fue una situación insoportable para él, así que decidió tomar su pluma para escribir la novela titulada “Batouala” en la que hizo hablar a un viejo jefe banda.
En el prefacio de “Batouala”, que ganó el prestigioso premio Goncourt en 1921, el guyanés denunció la actitud y los abusos de la administración colonial contra los pueblos de África, las relaciones conflictivas y el racismo blanco/negro. El escritor acusó a la civilización europea de “construir su reino sobre cadáveres”. Cuando se publicó, “Batouala” apareció en la primera página de los periódicos parisinos. La administración colonial no le gustaron las palabras de René Maran. Su libro fue prohibido en África y causó un escándalo en Francia.
René Maran se vio obligado a demitir. El escritor que había concluido el prefacio de su novela con una cita de Verlaine “Ahora vete, mi libro, a donde te lleve el azar”, dijo: “Cuando escribí “Batouala”, quería mostrar África tal como la veía. Todo lo que había dicho fue contestado con maldad y ferocidad y, para demostrar que me había equivocado, estudiaron lo que yo había visto. Se vieron obligados a decir que yo estaba diciendo la verdad (…)”.
Un humanista, precursor de la negritud
De vuelta en París, el escritor guyanés se dedicó a la literatura y al periodismo. Frecuentó regularmente el salón literario de Paulette Nardal en Clamart. Fue durante estos encuentros que conoció a los pilares del movimiento de la negritud como el senegalés Léopold Senghor, el martiniqués Aimé Césaire, el guyanés Léon Gontran Damas y el haitiano Jean Price Mars. Maran había escrito en “Batouala”: “no hay bandas ni mandjias, ni blancos ni negros – sólo hay hombres – y todos los hombres son hermanos”.
El prolífico autor publicó “Le Coeur serré” (1931), una novela autobiográfica sobre las dificultades de un joven desarraigado. Sus novelas y novelas cortas a menudo tienen como tema África: “Asepsie noire!” (1931), “Le livre de la brousse” (1934), “Livingstone et l’exploration de l’Afrique” (1938), “1941:Brazza et la Fondation de l’A.E.F” (1941), “Un homme pareil aux autres” (1947).
El escritor recibió muchos premios por sus obras, como el prix Broguette-Gonin de la Académie Française, el prix des Gens de Lettres, el prix de l’Outre-mer y el prix de la Poésie de la Académie Française. Una de sus últimas obras publicadas es una biografía de su compatriota Félix Éboué (1884-1944), “Grand Commis et Loyal Serviteur” (1957). René Maran describió el itinerario y la personalidad de su gran amigo que conoció durante sus estudios en Burdeos, una amistad sincera y profunda.
Un ganador del premio Goncourt injustamente olvidado
En un artículo titulado “Félix Éboué, gouverneur nègre du Front Populaire à la Guadeloupe”* (Félix Éboué, gobernador negro del Frente Popular a Guadalupe), el historiador guadalupeño René Bélénus escribió: “Al recibir la noticia (premio Goncourt), Éboué expresó su gran satisfacción por ver sacada a la luz esta dura acusación contra la acción de la administración francesa en AEF que desató el lobby colonial. Tuvo que pagar el peso de esto durante mucho tiempo porque, a los ojos de sus superiores, fue el verdadero inspirador. Diez años después de la publicación de “Batouala”, él (Félix Éboué) escribió a René Maran: “No me arrepiento de nada, no culpo a los administradores de la comisión de clasificación por haberme excluido a causa de Batouala”.
René Maran, que nació el 5 de noviembre de 1887 en el barco que llevaba a sus padres de origen guyanés a Fort-de-France, murió en París en 1960. El premio Goncourt no impidió que René Maran cayera en el olvido. Sería noble que los caribeños, los guyaneses en particular, y los africanos se apropiaran y destacaran las numerosas obras maestras literarias que cuentan sus historias.
*Obra colectiva: Construire l’histoire antillaise, Comité des Travaux Historiques et Scientifiques (CTHS)