Del 20 al 22 de septiembre, la asociación “Gwajéka” organizó una exposición de juegos y juguetes tradicionales en colaboración con el departamento cultural de la ciudad de Pointe-à-Pitre con ocasión de las Jornadas Europeas del Patrimonio (JEP).
El tema de esta 36a edición de las JEP – Artes y entretenimiento – se adaptó perfectamente a los juegos y juguetes tradicionales que hicieron felices a las personas de 40 años o más, a nuestros padres y abuelos hace sólo unos años. Una exposición de estos tesoros fue propuesta por la asociación “Gwajéka” – creada en 2004 y presidida por Jean-Paul Quiko – que decidió revivir y salvar este patrimonio cultural que fue abandonado con la modernización de la sociedad guadalupeña.
Sèk (círculo), zizipan, i ka i pa ka, wou (rueda), kristal (canicas), pichinn, marèl (infernáculo), kabwa, twotinèt (patinete), échass (zancos), cèwvolan (cometa), toupi (trompo), kous an sak (carrera de bolsa), mad kokagn (cucaña), muñecas de tela, casa de cartón, fue parte de los muchos juegos y juguetes de antaño que se honraron durante tres días en el Pavillon de la Ville en Pointe-à-Pitre.
A partir del viernes 20 de septiembre, varias escuelas de la ciudad llegaron a esta antigua casa parroquial ubicada cerca de la Place de la Victoire para descubrir cómo se divertían sus mayores en su infancia e incluso cuando se hicieron adultos. La mayoría de estos juguetes y juegos fueron inventados y fabricados por las generaciones de más edad que no tenían mucho dinero con materiales naturales como piedras recogidas en las playas (pichinn), palitos de coco (cometa) o recortes de madera (kabwa, patineta) y materiales industriales como neumáticos usados (rueda), bolsas que servían para transportar mercancías (carreras de bolsas), botes (zancos), llantas de bicicleta (sèk) entre otros. El reciclaje del que algunos hablán tanto ahora como una novedad, ya se hacía por las personas mayores…
El poder de la imaginación
Entonces, los niños aprendieron que era posible divertirse con cosas a menudo muy simples gracias a una buena dosis de imaginación. Durante todo el día, aquellos que están acostumbrados a ir a una tienda para elegir un juguete importado o sentarse frente al televisor y al ordenador o simplemente conectarse con su teléfono móvil para elegir un juego virtual, examinaron cuidadosamente todas estas creaciones, algunas de las cuales se expusieron en barriles en la planta baja del edificio. Escucharon con interés las explicaciones de Maïlys, la representante de “Gwajéka”. Uno de los momentos más importantes de la visita fue cuando los alumnos probaron algunos juegos y juguetes, la directora de una escuela incluso volvió a la infancia frente a la marèl (infernáculo)…
Además, muchos carteles ilustrados explicaban todas las acciones realizadas por “Gwajéka” para el desarrollo y la preservación de estos juegos y juguetes de antaño.
Si los alumnos se enriquecieron con esta exposición, los adultos de Guadalupe y otros lugares redescubrieron o descubrieron una parte del patrimonio cultural de la isla.