Juan Moreira : el pintor cubano de los molinos de viento

Juan Moreira (La Habana, 1938) es un pintor loco. Loco por la genialidad que lo habita. Rotulista de vallas anunciadoras casi desde niño, dibujante comercial de joven, profesor y pintor consagrado de adulto, es un hombre que guarda en su hoja de vida más de una historia apasionante. Amante de Pablo Picasso y el cubano Wifredo Lam, Moreira posee una obra consagrada dentro del panorama artístico visual cubano, pero más allá de su labor pictórica posee el singular honor de ser el primer cubano que ilustró a Alonso Quijano, el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.

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Obra cumbre y paradigmática de la literatura castellana y universal escrita en 1605 por Miguel de Cervantes y Saavedra, Don Quijote fue el primer libro publicado, en 1960, por la Imprenta Nacional, creada por la Revolución cubana.

Aquella edición inicial inauguraba la Biblioteca del Pueblo, cuyo principal objetivo era alcanzar al lector humilde, marginado durante décadas, y llegar a engrosar las colecciones de los hogares cubanos. Apareció impresa en cuatro tomos con una tirada de cien mil ejemplares y contenía ilustraciones (ya publicadas) del francés Gustavo Doré y un dibujo de Pablo Picasso.

En 1972, el texto cervantino vio nuevamente la luz con ilustraciones hechas por primera vez por un Cubano: Juan Moreira. De aquel entonces a la fecha, varias han sido las generaciones de Cubanos que asocian al héroe caballeresco con esos dibujos lineales, finamente trazados, insertados en una naturaleza exuberante y tropical, tal cual los creó la interpretación de Moreira.

Las ediciones posteriores en 1974 y 1980 – ambas publicadas en dos tomos por la Editorial cubana Arte y Literatura – también contaban con las ilustraciones del pintor.

Moreira, sin pretenderlo, se inscribió en la historia de la edición, el arte y la literatura en la Isla. Algo poco usual en un artista plástico.

Conversador, extrovertido y muchas veces con ese insólito don de la jocosidad, el artista explica cómo llegó a ser el ilustrador de esta obra cumbre de la lengua española.

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¿Un Quijote tropicalizado?

En sus palabras, queda esta historia:

“Vivía y tenía mi estudio en Mercaderes No. 2, un solar pequeño al doblar de la Catedral en la Habana Vieja, que le decían “El solar de los intelectuales”, porque allí vivían, entre otros, los dramaturgos José R. Brene y Maité Vera, los pintores Adigio Benítez y Loló Soldevilla, el escritor Onelio Jorge Cardoso —a quien le ilustré varios cuentos— y José Manuel Villa (Villita), un amigo mío diseñador del Instituto del Libro. A Villita le encargaron que trabajara en la segunda edición de Don Quijote de La Mancha y él me pidió que realizara las ilustraciones. Yo nunca había leído el libro y me lo prestó para que leyera cuatro o cinco capítulos. Hice tres dibujos, se los llevé y le gustaron. En aquel momento yo estaba trabajando en lo que los críticos han llamado mi etapa del realismo mágico y realicé las ilustraciones del Quijote en esa línea. Entonces comencé a leerlo y pasé varios meses en la creación de las ilustraciones, en ese tiempo también daba clases en la Academia de pintura de San Alejandro y trabajaba para exposiciones colectivas y personales.

El Quijote tiene 156 capítulos, yo no los ilustré todos porque no me daba tiempo pero, cada seis o siete capítulos, hacía una ilustración a página completa y varias viñetas sobre los personajes, que se repitieron en el libro.

Así fue que ilustré el Don Quijote, por cosas del destino. Después la prensa consideró que era el primer cubano que había ilustrado el Don Quijote. Pero bueno, todo fue gracias a la propuesta de Villita.

Varios críticos dicen que mi versión del Quijote está tropicalizada, incluso hay quienes afirman que es mi alter ego, pero la realidad es que quedé satisfecho con el diseño del libro, la línea y el dibujo aunque hubiera querido hacer más ilustraciones, pero tenía una fecha de entrega.

El pintor cubano Juan Moreira durante una entrevista en su casa-galería del Vedado. La Habana.

La etapa del realismo mágico

Cada cual interpreta el libro a su manera, yo no lo tropicalicé a propósito, me salió así. Tiene mucho que ver con esa etapa mía del realismo mágico, salieron mis vivencias, el contexto histórico y geográfico. En la sensibilidad de la línea expresaba mis motivaciones, mis ideas.

Luego vino mi segundo período de lo erótico–orgánico – y ahora estoy experimentando una etapa inspirada en las raíces africanas e indigenistas.

Si es mi alter ego o no, no lo sé. Era sencillamente mi estilo en esa época.

Luego de las ilustraciones, a través de los años, me presentaban como “El que ilustró el Quijote” y no como el pintor Juan Moreira solamente. Para mí era un orgullo que me presentaran así porque es una obra cumbre de la literatura universal, pero mi obra es mucho más extensa.

Si ahora me lo pidieran de nuevo creo que no lo haría igual. Ahora estoy experimentando el color y el diseño de la etapa erótica y continúo desarrollando las raíces africanistas, así que sería un Don Quijote totalmente distinto.”

Pero aun así, estamos seguros, el Quijote de Moreira tropical o africanizado, no podría desprenderse del contexto del inmenso Caribe que nos rodea.