El pasado mes de junio, poco más de un mes después del fin del confinamiento en territorio francés (17 de marzo de 2020-11 de mayo de 2020), se organizó en Guadalupe una gran reunión para presentar una federación de profesiones de los eventos y de la comunicación en presencia de personalidades políticas y económicas del archipiélago como Ary Chalus (Presidente del Consejo Regional de Guadalupe) y Patrick Vial-Collet (Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de las Islas de Guadalupe).
Según lo dicho durante este encuentro, palabras recogidos por otros medios de comunicación – la revista Kariculture, lanzada hace casi 4 años y especializada en la cultura y el patrimonio del Caribe, no fue invitada – estos profesionales afirmaron que, según un estudio, su sector registró una pérdida de 20 millones de euros desde la epidemia mundial de Covid-19; si hubiéramos estado allí, les habríamos pedido más información sobre este famoso estudio…
El Consejo Regional de Guadalupe inmediatamente puso a disposición una ayuda de 500.000 euros a estas empresas para ayudarlas a superar esta crisis sanitaria. Unos días después, oímos que estos profesionales consideraban que este medio millón de euros era muy insuficiente.
Durante las semanas siguientes, oímos hablar de la creación de otras organizaciones y, finalmente, de una especie de gran coalición de estos profesionales de eventos que se recibió en particular en la Prefectura de Guadalupe. Entre sus objetivos: obtener una flexibilización de las medidas sanitarias para que las agencias de comunicación, las empresas productoras de espectáculos, ferias, exposiciones y festivales, las discotecas, las salas de espectáculos, entre otras, puedan finalmente reanudar sus actividades, incluso debía elaborarse et firmarse una carta… y sobre todo obtener una importante ayuda financiera del Estado.
La explosión de nuevos casos de Covid-19 en Guadalupe, Martinica y San Martín llevó a estos mismos sindicatos a poner de relieve su profesionalidad a diferencia de los aficionados que organizan eventos festivos sin supervisión…
El 4 de agosto pasado, el Gobierno francés anunció la reanudación de las reuniones de más de 5.000 personas a partir del 1 de septiembre de 2020, a veces con derogaciones prefecturales a partir del 15 de agosto y nuevas medidas sanitarias el 24 de agosto, pero una semana más tarde, esta prohibición, que data del 29 de febrero pasado, se prorrogó hasta el 30 de octubre, ya que la situación epidémica se había deteriorado. Todas las esperanzas de los profesionales de eventos se vieron “bañadas”. Incluso dijeron que temían la desaparición total de este sector.
Sin embargo, desde el comienzo de la epidemia, el Gobierno estableció ayudas de emergencia. En efecto, el Centre National de la Musique (CNM) en París, que recibió 11,5 millones de euros para apoyar a los implicados en la industria de la música y del espectáculo, anunció el pasado mes de mayo que ya había ayudado a unas 300 empresas (microempresas o PYMES) con graves dificultades (falta de liquidez) debido a la crisis de Covid-19.
En junio pasado, Kariculture preguntó al CNM si nuestras empresas de este sector habían solicitado esta ayuda de emergencia. Su respuesta es clara: “5 solicitudes de los territorios de ultramar para el FDS (Fondo de emergencia), las 5 son de la isla de la Reunión, y ninguna solicitud de Guadalupe”. El expediente debía completarse en línea…
El 27 de agosto de este año, el Gobierno anunció que, de los 2.000 millones de euros de ayuda previstos para apoyar a todo el sector cultural, 432 millones de euros se destinarían a un plan de recuperación del espectáculo en vivo. Una gran parte de estos fondos (100 millones de euros) serán administrados por el mismo Centre National de Musique, por lo que es mejor estar en regla con este organismo.
El 3 de septiembre volvimos a interrogar al CNM y nos dijeron: “Nuestras ayudas se conceden a los titulares de una licencia de empresario de espectáculos (siempre que las empresas estén afiliadas affiliées al CNM), por lo que los gerentes de las discotecas con licencia puedan acceder a ellas. Las ayudas del fondo de emergencia se conceden a condición de que la empresa pueda demostrar un déficit de caja y una pérdida de ingresos. No basta con tener la licencia, las necesidades deben justificarse”.
¿Nuestras empresas están en regla? Entonces, nos sorprende que estas organizaciones de eventos recurren sistemáticamente al Consejo Regional de Guadalupe para recibir apoyo cuando hay otros organismos públicos que pueden ayudarlas. Es cierto que en período electoral, algunos tienden a considerar a los políticos como un “Papá Noel” que pueden hacer todo tipo de regalos…
¿Creen estas empresas que obtendrán “en efectivo” los 20 millones de euros de pérdidas que alegan? Sería demasiado bueno para ser verdad porque esta crisis sanitaria y económica sin precedentes no dejará sin daños a muchas empresas, y en todos los sectores (incluidos los medios), las más fuertes o las mejor preparadas seguirán de pie.
Por desgracia, a pesar de todos los millones que el Estado y las autoridades locales pondrán sobre la mesa, algunas empresas tendrán que aceptar morir o transformarse…