Del 11 al 23 de diciembre de 2017, la sala Luis Beauperthuy en el Centre Culturel Rémi Nainsouta recibió la exposición de fotografía titulada “L’Insolite à Pointe-à-Pitre” de Geneviève Richard. La fotógrafa aficionada les propuso a los visitadores seguirla en las calles de la ciudad para mostrarles cosas que, a menudo, no veían.
Al contrario de lo que algunas personas que vieron sus fotos pensaban, Geneviève Richard no es una fotógrafa profesional. Es profesora de ciencias de la vida y de la tierra en un liceo de la ciudad de Les Abymes, pero siempre estuvo cerca del arte de la fotografía. “Descubrí la foto cuando yo era una niña. En la casa había un laboratorio fotográfico que pertenecía a mi tío, entonces siempre yo veía fotos. Mantuve esta pasión cuando me convertí en una adulta pero nunca pensé en ganarme la vida con ella. ¿En aquella época, en Guadalupe, era realmente una profesión ? Pues, continué mis estudios pero nunca olvidé la fotografía”, afirmó ella.
Hace algunos años, con el fin de mejorar sus conocimientos en la fotografía, Geneviève Richard decidió tomar clases en el Centre des Métiers d’Art en el distrito de Bergevin de Pointe-à-Pitre durante tres años largos a razón de tres horas de enseñanza cada sábado por la mañana. Aprendió, entre otras cosas, la toma de vista, el enfoque, la composición, la iluminación, el encuadre, el contraste, la nitidez, en resumen, todas las técnicas para convertirla en una fotógrafa bien entrenada.“A pesar de que siempre había visto fotografías, de ninguna forma quería simplemente apretar un botón, era esencial que yo recibiera una formación. Escuchaba bien los consejos, veía las películas de entrenamiento, los vídeos tutoriales en YouTube”, dijo ella. Además, Geneviève Richard, que es una apasionada de las exposiciones de fotos, visitó varias de ellas, especialmente durante sus estancias en París, Montpelier, Ámsterdam y Luxemburgo, etc.
La importancia de la luz
Además, fue en la capital de los Países Bajos que ella se dio cuenta de la importancia de la luz porque, según la hora del día, las luces que se reflejan en los muchos canales cambian el color de los edificios que se vuelven rojos, amarillos, por ejemplo; fue una fotógrafa profesional francesa que exponía allá que se lo hizo ver, hace cuatro años…
La exposición titulada “L’Insolite à Pointe-à-Pitre” (Lo Insólito en Pointe-à-Pitre) que tuvo lugar del 11 al 23 de diciembre en la sala Luis Beauperthuy del Centre Culturel Rémi Nainsouta es el fruto de un largo trabajo, aunque no estuviera prevista al principio por la fotógrafa aficionada. “El municipio de Pointe-à-Pitre me propuso hacer esta exposición, pero aún no me sentía lista para mostrar mi trabajo al público, retrasaba la fecha cada vez. Un día, tuve que decidir y se fijó una fecha. Recibí ayuda para los carteles, pero la exposición se hizo con mi propio dinero”, explicó Geneviève Richard.
A partir de ese momento, la fotógrafa comenzó a seleccionar fotos entre todas las que ya había tomado durante los últimos años. También continuó paseando por la ciudad de Pointe-à-Pitre armada con su cámara para encontrar las cosas, los personajes y las escenas más sorprendentes. “Crecí en el municipio de Petit-Bourg y hace varios años, vine a vivir en la casa de mi madre en Pointe-à-Pitre, tenía que quedarme aquí solo durante seis meses y todavía estoy aquí”, dijo ella.
Uno de sus momentos favoritos para caminar por las calles es al atardecer, sobre las 5:00 y las 6:00. “A pesar de todo lo que la gente dice sobre la inseguridad en Pointe-à-Pitre, yo no tenía miedo. A veces, alguién me acompañaba. Yo prestaba mucho atención. Hubo gente que aceptó ser fotografiada, pero a veces fui echada”, recordó. Y continuó: “Me gusta el acoplamiento entre la arquitectura antigua y las construcciones de Ali Tur. El hormigón pintado de blanco refleja la luz, la ciudad se ilumina naturalmente”.
Ver para los demás
En esta exposición sobre lo insólito, el visitante pudo ver, entre otras cosas, a los pescadores con impermeables amarillos en sus barcos con el Memorial ACTe en segundo plano, perros callejeros, el agua de La Darse similar a un espejo en el crepúsculo, puestas de sol, artesanos y músicos que tocan gwoka en la calle peatonal, pelícanos cerca del mercado de pescado de La Darse, Cristo en la cruz, cocineras con trajes criollos, el movimiento social de 2009 contra la “pwofitasyon”, la calle Vatable, graffiti, calles inundadas, la torre de la iglesia de Massabielle, obras de hierro forjado, casas coloniales, casas pequeñas y, de fondo, las dos grandes torres de Lauricisque, construcciones de chapa y algunas imágenes de la filmación de una película sobre la huelga de los trabajadores de la caña de azúcar y la represión violenta de las fuerzas del orden en 1967…
Todas estas imágenes fueron presentadas por tema: “Convertirse”, “Sin salida”, “Cuando se cuenta la Historia”, “Espejo”, “Palabras”, “Un sábado por la mañana”, “Soledad”, “Ballet”, “Carrusel de Parasoles”,” Duelo de Luz”, etc.“Me gusta el folclore natural, lo burlesco. Mezclo la arquitectura con la vida cotidiana. Espero que sucede algo. Las emociones fuertes, la vida me atraen más que los paisajes. Dicen que no pasa nada en Pointe-à-Pitre, yo veo aquí la vida. Fotografío lo que los demás no ven”, dijo Richard Geneviève. Y para ilustrar su punto, una frase de la canción de Guy Béart – “Les Souliers” (Los Zapatos) – “¿Cuántos hombres que pasan sin ver?”, decoraba la sala de exposición. Otros autores como Florette Morand y Alfred de Musset también estaban presentes a través de sus obras…
Varias ciudades del Caribe fotografiadas
Los Guadalupeños que consideran cada vez más la fotografía como un arte verdadero no vacilaron en adquirir fotos durante la exposición. “Esto me sorprende. A menudo, son personas que quieren comprar una foto que les recuerda su juventud, a veces en un formato mayor…”, dijo la fotógrafa. No era la primera vez que la joven fotografiaba una ciudad. Ya fotografió varias otras ciudades caribeñas es decir : Bridgetown (Barbados), Roseau (Dominica), Castries (Santa Lucía) San Juan (Puerto Rico) y La Habana (Cuba). “Todas estas ciudades del Caribe tienen algo en común: la gente tiene una apariencia despreocupada, la gente toma el tiempo de vivir, la gente habla alto… Durante tres semanas en La Habana, cada día, recorrí la ciudad para encontrar escenas de la vida interesantes que fotografiar. La gente estaba muy orgullosa de ser fotografiada y me decía : “si usted nos fotografía es porque usted nos encuentra bellos”. No era la misma cosa en otras ciudades caribeñas (…)”, contó ella. Tal vez un día, ella se decida a organizar una gran exposición sobre varias ciudades del Caribe…
Geneviève Richard tiene proyectos. Ella es un miembro de “La Milonga Negra” y, a menudo, la asociación que practica el tango argentino le pide que tome fotos de los eventos que organiza o en los que participa. Porque ella no es bastante satisfecha con sus imágenes, quiere asistir a un curso para aprender cómo sacar fotografías en movimiento y con poca luz.
Además, le gustaría que sus alumnos estudiaran, a partir de fotografías, la costa donde hay vida, pero también la contaminación.