Del 9 al 15 de julio, tuvo lugar la 31ª edición del “Festival de Gwoka” en Sainte-Anne. Los invitados de honor que debían llegar de Cuba no pudieron estar presentes. La explicación oficial de la organización era que, desde el accidente del avión de la Cubana de Aviación ocurrido el 18 de mayo, los vuelos de esta compañía cubana no podían aterrizar en Guadalupe. Para hacer que estos invitados cubanos vinieran, habría sido necesario planificar un nuevo itinerario más largo y sobre todo más caro.
Desde hace algún tiempo, oímos hablar de las dificultades financieras del “Festival de Gwoka”. Este año, la organización hasta tuvo que hacer un llamamiento a los donantes.
Tenemos derecho de interrogarnos sobre esta situación porque se trata de uno o del festival musical más antiguo de Guadalupe que está todavía vivo. El “Festival de Gwoka” era antes una cita de primera línea en la isla. Cada mes de julio, a principios de las vacaciones escolares, la multitud compuesta de residentes locales, de personas que están de vacaciones y de turistas acudía al municipio de Sainte-Anne para ver en el escenario a los varios grupos y cargar las baterías. Se puede observar que, desde hace algunos años, aunque el festival continúa y alcanza más de treinta años de existencia, su fama está desvaneciéndose poco a poco; en resumen, este festival está envejeciendo mal y pasa prácticamente inadvertido en los medios…
Sin embargo, el 26 de noviembre de 2014, el gwoka (música, canto y danza) fue inscrito sobre la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Los instigadores de este reconocimiento internacional habían prometido tantos beneficios para este arte ancestral…
Por lo tanto, se puede preguntarse ¿por qué hoy la organización casi está pidiendo limosna para financiar un festival que representa una parte de nuestro patrimonio cuando mucha gente había entendido que esta inscripción protegía el gwoka en todos los niveles?
¿Por qué los guadalupeños tienen que pagar de nuevo un festival que ya pagaron a través de las subvenciones públicas dadas a los organizadores? Este año, ellos querían hacer un “lyannaj” (cooperación) con Cuba pero deberían mirar lo que está pasando en la isla más grande del Caribe y se darían cuenta de que los cubanos venden en el extranjero sus eventos culturales por su agencia Paradiso. Cuba hizo inscribir la tumba (2008) y la rumba (2016) en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco y no fue para causar sensación entre la gente o sólo para divertirse…
Sin duda alguna, el gwoka se ha vuelto muy popular en los últimos años en Guadalupe, pero no se puede atribuir este movimiento a su reconocimiento por la Unesco; es sólo el resultado de una toma de conciencia de los guadelupeños a propósito de sus riquezas culturales. El gwoka, “mizik a vyé nèg” (música negros malos) tocada en la calle y los léwòz, ya había entrado en los salones y los dormitorios de los guadalupeños, ¿era necesario, hace casi cuatro años, también hacerlo entrar en los salones de la Unesco en París?
Un famoso tanbouyé que se había negado a firmar la petición en favor de este reconocimiento nos había dicho: “no necesitamos la Unesco para reconocer el gwoka. Antes la Unesco, hay personas que lucharon para avalorar esta música (…)” ¿Tenía razón?
En 2016, queríamos entrevistar a uno de los protagonistas de este reconocimiento, encontrado cerca del Palacio de Justicia de Pointe-à-Pitre, pero estaba “demasiado ocupado” para contestar a una pequeña revista como Kariculture.net… Algunos días más tarde, lo vimos en la televisión predicando la buena palabra del gwoka en Montauban en Francia…
La respuesta es fácil: por el momento, en Guadalupe, no hay ningún beneficio para el gwoka después de su reconocimiento por la Unesco.