Del 25 al 27 de octubre tuvo lugar el World Creole Music Festival (Festival mundial de música criolla) en Dominica. Varios conciertos fueron difundidos en vivo en una estación de radio privada establecida en Guadalupe y Martinica. Oímos muchos adjetivos calificativos alabando este festival por parte del equipo de presentadores y periodistas que estuvieron allí mientras el WCMF organizaba su 21ª edición este año. Pero sigamos siendo lúcidos: esta radio ya había sido pagada por el gobierno de Dominica para hacer una larga campaña publicitaria para que los habitantes de Guadalupe y Martinica participaran en este evento musical; hasta se dice que nuestros turistas tomaron el barco hacia Roseau, estos turistas para quienes Guadalupe y Martinica gastan mucho dinero para que vengan a casa… En resumen, todos estos calificativos positivos de esta radio durante los conciertos fueron primero para proporcionar el servicio postventa…
Estos “enviados especiales” estaban orgullosos de que su radio estuviera “delante de” los otros medios dominiqueses y caribeños que también cubrían el evento. ¡Qué hazaña!
Oímos que los artistas que subían al escenario preguntaban dónde estaban los guadalupeños y martiniqueses para enviarles un saludo especial. Hay que creer que los guadalupeños y martiniqueses fueron invitados de honor en este evento musical.
¿Se sintieron aliviados de ser “reconocidos” como caribeños por los caribeños cuando siempre lo fuimos, aunque, durante mucho tiempo, no miramos nuestro entorno inmediato sino hacia Europa y más particularmente hacia Francia?
¿Se sentían halagados de haber tenido su momento de gloria? Tengan cuidado con no sentirse superiores a nuestros vecinos caribeños…
En Dominica, no sólo había simples asistentes al festival que venían a escuchar buena música. Supimos que grupos de carnaval, así como DJs de Guadalupe y Martinica también se fueron a “Waitikubuli” (nombre caribeño de Dominica que significa “Grande es su cuerpo”). Suponemos que siempre fue con el propósito de existir a los ojos de nuestros vecinos caribeños.
Algunos de nuestros lectores nos dicen que fue como los campistas de Semana Santa y Pentecostés que se van con su televisor y su cama en la playa… La comparación es ciertamente un poco excesiva, pero eso muestra el asombro de algunos de nuestros compatriotas ante tanto fervor para participar en este festival musical que no es nuevo.
4 000 caribeños-franceses y 1 millón de euros en Dominica
Hay que decir que los nacionales de estas dos islas francesas en el Caribe representaban el mayor contingente de asistentes al festival. Oímos que había 2.500 guadalupeños y 1.500 martiniqueses allí. Total, estaban juntos según lo que algunos asistentes al festival dicen…exactamente como cuando los guadalupeños y martiniqueses cogen un barco en el puerto de Pointe-à-Pitre o Fort-de-France para hacer un crucero en el Caribe y que están entre ellos…nos precisan algunos lectores.
También oímos en esta radio privada que los asistentes al festival guadalupeños y martiniqueses dejaron en la economía de Dominica una suma astronómica durante estos tres días de conciertos: ¡1 millón de euros! Una suma que deja pensativos a los organizadores de eventos en Guadalupe y Martinica.
Si podemos ayudar a los hermanos y hermanas de Dominica a desarrollar su país a través del turismo cultural, es una cosa excelente, sobre todo si el producto que se ofrece es de muy buena calidad, pero no podemos ignorar el hecho de que no somos tan ricos como pensamos en Guadalupe y Martinica…
Desde el lanzamiento del WCMF, el gobierno dominiqués entendió que sus dos islas francesas vecinas representan una maná financiera real. Cada año, las delegaciones vienen a Pointe-à-Pitre y Fort-de-France para presentar el producto a las agencias de viajes y los medios.
Recuerdo la conferencia de prensa con el Ministro de Turismo dominiqués del momento que se había organizado en un barco de la compañía ATE para presentar este futuro WCMF a periodistas de ambas islas, hay más de 20 años…
Este año, algunas personas piensan que se trataba de un “festival a la medida”, preparado para los guadalupeños y martiniqueses. Seguramente para que regresen estos asistentes al festival que tendían a quedarse en su isla quizás para limpiar los panteones de sus muertos en ocasión del Día de Todos los Santos o quizás porque el WCMF ya no los atraía como en años precedentes.
Después de estos tres días de fiesta desde las 8:00 de la noche hasta la madrugada, cuando los turistas se divirtieron mucho y gastaron mucho dinero, algunas personas comienzan a hacerse algunas preguntas.
Por supuesto, Martinica tiene uno de los festivales más antiguos del Caribe. En efecto, el “Festival Culturel de Fort-de-France” celebró en julio pasado su 48ª edición.
Un festival rentable para el país
En Guadalupe, no se puede decir lo mismo: los festivales musicales no consiguen envejecer o envejecen mal. Algunos no disimulan su decepción o enojo cuando oyen la suma colosal ingresada en las arcas del Estado dominiqués, mientras que el festival más antiguo de Guadalupe, que celebró su 32ª edición en julio pasado – el Festival de Gwoka de Sainte-Anne – no puede hacer que los espectadores guadalupeños paguen sus actuaciones. Muchos están enfadados cuando tienen pagar en casa, pero cuando están en otro lugar pagan todo porque todo se vende, nuestros vecinos organizan festivales para ganar dinero primero, hacer funcionar su economía. Entonces, este festival de música, canto y baile tradicionales, aunque simboliza el patrimonio cultural de la isla, es hoy moribundo. Cabe señalar también que sus organizadores nunca explotaron la “fama” que le dio la inscripción del gwoka en la lista del patrimonio inmaterial de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el 26 de noviembre de 2014…
En cuanto al “Festival Marie-Galante Terre de Blues”, está con un gotero desde hace varios años, además nunca tuvimos cifras que demostraran su buena salud, excepto bellas declaraciones.
Hoy, varias voces salen para reclamar un gran festival musical en Guadalupe que ponga en el escenario artistas locales, artistas de la región caribeña y de otros lugares, al igual que las otras islas caribeñas que tienen al menos un gran festival. Un gran festival con una buena campaña publicitaria en el Caribe y en otros lugares para atraer a los asistentes al festival extranjeros, un festival rentable para el país y no sólo para algunos organizadores privados. Para otros, este deseo se realizará cuando Guadalupe y Martinica vuelen con sus propias alas y, al igual que sus vecinas caribeñas, se vean obligados a utilizar todos los medios necesarios para traer divisas a sus arcas.
De momento, esperamos que los turistas guadalupeños y martiniqueses que estaban en Dominica y que estuvieron tan encantados de la acogida que recibieron allí, deseen acoger a los visitantes extranjeros en las mismas o mejores condiciones en sus islas. Guadalupe y Martinica también necesitan turistas…
Esperamos que los guadalupeños y los martiniqueses hayan simpatizado con los dominiqueses a pesar de la barrera del idioma, incluso si ya hay en casa muchos naturales de Dominica…