Estando en Guadalupe (situada en el Caribe francés y no en México, para los que no lo sepan), recibí una invitación para ver el concierto de Sergio Vargas, titulado “Toque de queda”, que tuvo lugar anoche, domingo 08 de noviembre, en la nueva plataforma de streaming, Ultra Conciertos.
Confieso que nunca había asistido a un espectáculo de esta estrella del merengue (música nacional de la República Dominicana) y no quería perderme una ocasión tan bella. Aclaro que, aunque el gwo ka, el biguine y el zouk son los ritmos musicales de Guadalupe, el archipiélago está muy abierto musicalmente, así que conozco el merengue…
Así que me conecté con varios minutos de antelación, las notas de merengue ya estaban poniendo a la audiencia de humor y un locutor estaba promoviendo los próximos dos conciertos – Don Miguelo y Marcos Yaroide – programados en la misma plataforma.
A las 9:00 de la noche en punto, Sergio Vargas y sus diez músicos estaban en el escenario y empezaron a tocar como si el público estuviera físicamente delante de ellos. Durante el concierto, el artista dominicano dijo unas palabras sobre la epidemia de Covid-19 o sobre la música merengue como fuerza motriz en un país que vive en gran parte del turismo y tocó sus éxitos sin que ningún problema técnico interrumpiera la emisión.
A mitad del concierto se emitió una “entrevista” de unos segundos, fue el tiempo necesario para que “El negrito de Villa” volviera al escenario con una camisa roja, un sombrero rojo, unas gafas rojas y un anillo rojo para seguir emocionando al público. Después de una hora y media de concierto, Sergio Vargas se despidió de su público virtual que cantó y bailó con él delante de sus pantallas.
El mundo de la cultura en la República Dominicana – un país caribeño muy afectado por la pandemia del Covid-19 – está devastado pero, como podemos ver, está luchando por innovar y seguir existiendo.