Como cada año, a partir del Día de Año Nuevo hasta el Miércoles de Ceniza se escuchan tambores, chachas, conchas, trompetas y otros instrumentos musicales en toda Guadalupe para anunciar el renacimiento del Rey Vaval y el período del carnaval.
Las festividades del carnaval comenzaron con el tradicional baño en el mar (ben démaré) de los grupos de piel el 1 de enero por la mañana. En efecto, varios desfiles salieron de diferentes barrios de Pointe-à-Pitre o de Les Abymes cantando, bailando y tocando música y se dirigieron hacia la playa de Bas-du-Fort. Cuando llegaron, los miembros de los grupos hicieron ofrendas (en general frutas y legumbres) al mar y se bañaron para la purificación. Este ritual iniciado desde hace algunos años por los grupos de piel como “Mas Ka Klé” debe, según las declaraciones de estos últimos, permitir que el “Mas” salga bien durante el período del carnaval.
El viernes pasado, por primera vez, varios grupos se reunieron en el Vélódromo Amédée Detreaux en Baie-Mahault para dar un espectáculo y competir ante un público numeroso. Esa misma noche, otros amantes del carnaval se habían reunido en el municipio de Petit-Canal para un gran “déboulé”, un desfile a un ritmo muy rápido donde es importante saber “caminar por el Mas”.
Al día siguiente, el sábado 6 de enero, Basse-Terre se convirtió en el centro del carnaval con dos eventos: primero, el “Dékatman Mas” organizado desde hace treinta años por el famoso grupo de la ciudad, en Les Jardins de l’Artchipel (para la segunda vez), en presencia de unos 2.000 espectadores de toda la isla que estuvieron satisfechos con la calidad del espectáculo presentado sobre el patrimonio carnavalesco en Guadalupe; luego, las presentaciones musicales en la Esplanade du Port en lugar del tradicional desfile con trajes antiguos… En la isla de Marie-Galante, otros “carnavaleros” se reunieron en Saint-Louis para la ceremonia de inauguración del carnaval.
El 7 de enero, el primer domingo del mes, como todos los años, las calles de Basse-Terre y de Pointe-à-Pitre fueron invadidas por miles de espectadores hasta bien entrada la noche para ver los diferentes grupos. No había realmente un circuito establecido, cada banda desfiló a su propio ritmo y según sus ganas pero en la alegría.
El período de carnaval 2018 sólo durará seis semanas pero va a ser muy caliente. La fiebre carnavalesca está subiendo, alcanzará su punto máximo durante los “jours gras” de febrero.
