Después de “Le piano dans la musique créole” en 2014, “Kantik Bò Kay” en 2018, los dos pianistas martiniqueses publicaron, el pasado noviembre, “Créole Jazz”. Obras educativas que permiten a todos descubrir y apreciar la cultura musical criolla.
La Association pour le Développement des Musiques Créoles (ADMC) nació bajo el impulso de dos músicos, Thierry Vaton y Georges Granville. Su objetivo : “Descubrir, transmitir y promover el patrimonio cultural musical criollo en sus formas históricas, sociológicas y geográficas y con todos los medios (masterclass, talleres, conciertos, exposiciones, conferencias, cursillos) y mediante la creación de herramientas específicas (libros didácticos, CD, DVD, etc.)”. Estos dos músicos caribeños decidieron por tanto honrar estos ritmos y sonidos nacidos del meztizaje de influencias africanas, caribeñas, indias y europeas.
Sus recientes investigaciones se dedicaron al Créole Jazz o Kréyol Djazz y dieron como resultado un libro de 92 páginas de partituras para instrumentistas (en las claves de Do, Mi bemol, Fa y Si bemol) en la colección “Sur un air de…”. Hay una selección de piezas compuestas por una veintena de grupos o músicos de Guadalupe, Guiana, Haití, Martinica y Reunión : Bwakoré, Mario Canonge, Louis Caristan, Jean Caze, Yann Cléry, Marius Cultier, Falfrett, Thierry Fanfant, Meddy Gerville, Alain Jean-Marie, Véronique Hermann, Céline Languedoc, Denis Lapassion, Eddy Louiss, Mizikopéyi, Beethova Obas, Sylvain Ransy, Gilles Rosine, Sakésho y Zépis.
Otras publicaciones sobre la música criolla francófona
El prefacio fue escrito por el cantante martiniqués Tony Chasseur.
“Los autores quisieron reunir diferentes generaciones, sensibilidades y horizontes criollos para presentar la riqueza de este lenguaje musical, dedicado a la improvisación y a la elaboración armónica y rítmica”, se lee en la presentación de este primer volumen sobre la música de jazz publicado en noviembre de 2020.
En 2018, los dos pianistas martiniqueses publicaron en esta misma colección “Sur un air de…” una colección de partituras titulada Kantik Bò Kay que incluye 24 canciones de Adviento y Navidad en criollo y francés, algunas en varias versiones : Alléluia ; Allez mon voisin ; Allons-y donc; An nous chanté Noël; C’est Noël; Dans le calme; Douce nuit; Il est né le divin Enfant, Joseph mon cher fidèle, Les anges dans nos campagnes, Les bergers, Les temps marqués, Michaud veillait, Minuit chrétiens, Naissez, Noël, Noël à l’Emmanuel!, Ô miracle d’amour, Oh! La bonne nouvelle, Pour un maudit péché, Quand Dieu naquit à Noë, Quand Jésus naquit, Satan crève, Souvenez-vous-en, Voisin. El librito de 92 páginas también estaban disponible en cuatro claves (Do, Fa, Si bemol y Mi bemol). “Además de ser un trabajo de investigación, es una verdadera herramienta de memoria cultural que queremos poner a disposición de todos”, dijeron.
Además, en 2014, publicaron “Le piano dans la musique créole – Méthode Exercices Transcriptions”, un libro pedagógico de 214 páginas, en francés e inglés, acompañado de un CD, para los músicos, conservatorios, las escuelas de música y el público en general y que presenta la riqueza del piano en la música criolla (Martinica, Guadalupe y Guayana).
Dos pianistas con una sólida formación musical
Georges Granville es un antiguo estudiante de la Bill Evans Academy. Durante tres años estudió la cultura del jazz y la improvisación en esta escuela de París. Su apertura musical le permitió actuar en escenarios nacionales e internacionales con artistas de diversos universos como : Beethova Obas, Bélo, John Ellison, Tony Allen, Gérard Mendès, Zouk Machine, Tony Chasseur, Kali, Denise Reis, Marvin, Arsenik, Secteur A, Abd El Malik, Dédé Saint-Prix, Yanick Cabrion y Tanya Saint-Val. El pianista fue también profesor del Institut de la Culture Musicale (ICM) en París durante casi quince años.
En cuanto a Thierry Vaton, estudió en el conservatorio de música del distrito 8 de París y luego a la American School of Modern Music, una escuela parisina. A finales de la decada de 1980, debutó en los escenarios con grupos como Éliktara, Gazoline y el flautista y percusionista martiniqués Dédé Saint-Prix. Después acompañó a Kaoma, Kassav’, Angélique Kidjo, Miriam Makéba, Mory Kanté, Dany Brillant, Philippe Lavil, la Compagnie Créole, etc. Con Tony Chasseur, creó Mizikopéyi, la primera gran big band de música antillana contemporánea (Martinica y Guadalupe).