La edición 2016 del Martinique Jazz Festival, cuyo tema fue “Encuentro África-América-Caribe” consiguió hacer viajar al público a través de los cinco continentes. Fuente segura de descubrimiento y de calidad, el festival organizado por Tropiques Atrium reunió de nuevo este año excepcionales músicos, de la generación nueva hasta la de los “monumentos del jazz” (famosos músicos de jazz). Incluyendo talleres pedagógicos, sesiones escolares y conciertos dentro y fuera de las paredes, son unos 26 conciertos que fueron propuestos a un público que respondió con una presencia masiva.
Entrevista con el director artístico del festival, Frédéric Thaly.
KARICULTURE.NET : ¿Cómo nació el Martinique Jazz Festival ?
Frédéric Thaly : El festival nació en 1983 por iniciativa del CMAC (Centro Martiniqués de la Acción Cultural). Desde su creación en 1974, la CMAC marcó su programación de temporada con momentos más destacados : Le Carrefour des Guitares, el festival de jazz, encuentros teatrales, la bienal de danza y más tarde los encuentros cine. En esta tierra de Martinica, una región que contribuyó mucho a la promoción del jazz, queríamos hacer un acontecimiento para reforzar la unidad del público local, promover a los artistas locales y ofrecer al público músicos internacionales.
KARICULTURE.NET :¿Por qué un festival de jazz?
F. T. : La historia musical de Martinica estuvo marcado por varias tendencias. Hay una fuerte tendencia : más allá de las músicas tradicionales, las músicas populares, Martinica escucha jazz desde los “bellos años” de la ciudad de Saint-Pierre.
Si nos fijamos en la historia del jazz en Martinica, desde la biguine y la biguine-jazz, siempre hubo un continuum de músicos que fueron artistas mundialmente conocidos por ejemplo Marius Cultier o Bibi Louison. Luego, hubo una segunda generación con los hermanos Bernard que, a su regreso de París, crearon el grupo Fal Frett. Una 3ª generación más tarde surgió con Ronald Tulle, Mario Canonge o Gilles Rosine y hoy, a causa de este continuum, tenemos jazzmen treinteñeros como Arnaud Dolmen o Gregory Privat que tiene una fama internacional. Por fin, los músicos de la nueva generación como Tilo Bertholo, Marc Cabrera y Xavier Belin, tienen menos de 30 años. Esto demuestra claramente que tanto en el público como en la filiación y, con las nuevas secciones de música en las escuelas secundarias y colegios, siempre hay músicos que llegan. Para nosotros, este festival tenía sentido y lo hemos conservado.
KARICULTURE.NET : ¿Cuáles fueron los momentos más destacados de esta edición?
F. T. : Randy Weston, 90 años, nos ofreció una verdadera lección en la vida ; acaba de recibir un homenaje en Harvard. Invitó al saxofonista Luther François y se tomó el tiempo después de su concierto para hablar, hacer fotografías y autógrafos con su público. Personalmente, creo que el concierto de Anthony Joseph, con su “Caribbean Roots” que mezcla todas las músicas del Caribe en este lugar simbólico que es el Museo de Saint-James, fue un gran momento. Leyla McCalla, con su trío acústico, re-inventó su herencia haitiana mezclándola con las influencias de Luisiana, y también fue un muy buen momento. Un pequeño guiño del artista a Martinica : la interpretación de la pieza de música “Abandon” de Loulou Boislaville. Cada noche fue un viaje, hubo algo para todos los gustos.
KARICULTURE.NET : ¿Cuál es el balance del evento, este año?
F. T. : Todavía no tenemos los cifras pero sabemos, por ejemplo, que en el museo de la Pagerie, con músicos treintañeros desconocidos por el público, y con el apoyo de la Colectividad Territorial de Martinica, tuvimos casi el doble de la cantidad de gente que el año anterior, es decir cerca de 2.500 personas en un periodo competitivo. Pero las cifras son números absolutos que siempre deben apreciarse según un programa, un entorno… Si no presentamos a nuevos artistas, no promovemos a nuestros jóvenes músicos para que sirvan de modelos para los demás, ¿quién lo hará? El festival también debe ser útil a nuestros equipos, valorizar nuestra experiencia. Tenemos una misión de servicio público y para nosotros es un conjunto de elementos que nos permite hacer una evaluación general del festival.
KARICULTURE.NET : ¿Cuáles son las posibles mejoras?
F. T. : Queremos mejorar nuestra comunicación, en particular en las redes sociales. Vamos a tratar de basarnos en cosas que funcionan, tratar de encontrar mecenas y patrocinadores porque no tenemos, y luego también nos gustaría trabajar más en sinergia con los demás interlocutores locales. Para que este festival sea verdaderamente el Martinique Jazz Festival, es necesario que cada uno en sus funciones haga lo necesario para desarrollarlo, para darlo una dimensión nacional martiniquesa al igual que el Festival Terre de Blues, por ejemplo. Ya sea para el Festival de Fort-de-France, el Biguine Jazz Festival o el Lamentin Jazz Project, tenemos que saber cómo darlos una visibilidad más grande en todo el país y al nivel internacional. Eso requiere que en algún momento, el país se pare y escoja una serie de decisiones estratégicas (oficina de turismo, agencias de viajes, líneas aéreas etc). Nosotros, como operadores culturales, nos incumbe la obligación de continuar desarrollándolo y esperamos pasar al próximo nivel, algún día.
KARICULTURE.NET : ¿Puede anunciarnos sus proyectos para la próxima edición?
F. T. : Aún no… pero el año que viene es el centenario del jazz, pues trataremos de celebrar el jazz en su diversidad, de hacer un árbol genealógico con todas sus raíces. Universalmente, es una de las últimas grandes formas de expresión creadas, como el steel pan es el último instrumento que fue creado. Como diría Wynton Marsalis, “es nuestra música clásica negra”.